El 18 de abril del 2002, Ivana Rosales decidió encontrarse con su exesposo, Mario Garoglio, en una cafetería cercana a la antigua terminal de ómnibus de la ciudad de Neuquén. Después de años de sufrir abusos y violencia de género, ella buscaba poner fin a su relación. Sin embargo, la reunión tomó un giro inesperado cuando Garoglio comenzó a amenazarla en lugar de pedirle perdón.
Aterrada, Ivana decidió salir de la cafetería y regresar a su casa. Pero en lugar de tomar la ruta habitual, Garoglio la llevó por una zona desolada. Temiendo por su vida, ella intentó escapar del auto, pero su exesposo la detuvo y la atacó con un cable alrededor de su cuello. Ante la desesperación, Ivana fingió desmayarse y trató de huir cuando él se descuidó. Sin embargo, él la alcanzó, la tiró al suelo y la golpeó con una piedra antes de encerrarla en el baúl.
Un vecino que presenció parte del ataque alertó a la policía, quienes encontraron un bolso con la información de su identidad y lograron localizar su domicilio. Aunque Ivana fue trasladada de urgencia al hospital, sobrevivió al ataque y permaneció en el hospital durante 45 días. Mientras tanto, ella despertó en el baúl y comenzó a gritar, pero Garoglio la atacó nuevamente con una piedra hasta dejarla inconsciente.
El agresor intentó enterrar a Ivana, pero recibió una llamada del comisario local, quien le exigió saber dónde estaba su esposa. Acorralado, Garoglio se presentó en la comisaría y confesó haberla golpeado. Aunque se creía que ella estaba muerta, él les dijo que todavía estaba en el baúl.
A pesar de las pruebas y su confesión, la justicia de Neuquén lo condenó a solo cinco años de prisión, justificando la sentencia con "circunstancias atenuantes" basadas en la percepción de que Ivana no había cumplido con sus roles de madre y esposa. Durante el juicio, sus hijas fueron obligadas a mantener contacto con su padre, quien también abusó de ellas. Esto tuvo consecuencias devastadoras, ya que su hija mayor se suicidó en 2015.
A pesar de todo, Ivana luchó por justicia con el apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y su caso llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Finalmente, recibió una disculpa oficial del Estado y de la provincia de Neuquén por la violación de sus derechos y el abuso sufrido por sus hijas. Garoglio también fue condenado a 4 años de prisión por abuso sexual.
En 2017, Ivana falleció a los 43 años debido a un ataque epiléptico provocado por la golpiza que recibió de Garoglio. Su caso se convirtió en un símbolo de lucha en la provincia de Neuquén.